dijous, 20 d’abril del 2017

Empleo y jóvenes


Empleo y jóvenes dos conceptos que en España parece ser que son contradictorios, presentando una tasa de paro juvenil (16 a 25 años) muy elevada y de manera permanente, siendo del  51.8% en el 2014. Según el Informe de jóvenes y mercado de trabajo del Ministerio de Empleo y Seguridad Social esta cifra es debida a los profundos problemas estructurales del mercado de trabajo español, que presenta una fuerte temporalidad (64.6% en los menores de 25 años), una creciente parcialidad (jornadas inferiores a la legalmente establecida como normal) y una escasa cualificación (más del 50% de los jóvenes tiene unos estudios que dificulta su acceso y conservación del puesto de trabajo).
Ante la gravedad de la situación del empleo y jóvenes en España es necesario establecer una acción coordinada entre todos los agentes sociales, poniendo la atención en:
  • La alta tasa de abandono escolar temprano, que duplica la media europea.
  • El bajo porcentaje de jóvenes con niveles medios de formación en relación con Europa.
  • Escaso conocimiento de idiomas entre la población joven.
  •  La tasa elevada de jóvenes que ni están ocupados ni cursan estudios (reglados o no reglados), conocidos como ni-nis, que se sitúa en el 18.6%.
  • El bajo porcentaje de jóvenes que compagina empleo y formación respecto a la media europea.

Ante dicha situación de empleo y jóvenes, todos los estudios coinciden que la mejor apuesta para mejorar la empleabilidad de los jóvenes es aumentar sus competencias profesionales a partir de la formación para enfrentarse al mercado laboral con mejores oportunidades. Las estadísticas muestran que los jóvenes más afectados por la inestabilidad del mercado laboral son los jóvenes con menor nivel de cualificación que presentan una tasa de empleo 20 puntos por debajo (un 62.6% frente a un 43.6%).

Griselda Vergés

dimarts, 11 d’abril del 2017

La incertidumbre y certeza del mercado laboral



Actualmente enfrentarse al mercado de trabajo es un proceso duro y que requiere equilibrio emocional. La incertidumbre del mercado de trabajo nos crea angustia y pone a prueba nuestra confianza en nosotros mismos. Ante la dificultad de encontrar un empleo,  es muy fácil deprimirnos y autoculparnos (soy demasiado mayor, no tengo experiencia, mis capacidades no son las adecuadas,…), con el peligro de adoptar unas actitudes derrotistas.
Vivimos momentos de cambio la tecnología invade nuestro entorno y nos vemos obligados a adaptarnos a ello para poder disfrutar de las comodidades que nos ofrecen, modificando nuestro día a día que va desde enviar un Whatsaps a un amigo a escuchar música por Spotify a una videoconferencia con un familiar que se encuentra en Londres. Esa idea de realidad estática de tiempos pasados ha muerto, nos encontramos imbuidos en una era de cambios que se retroalimentan que nos aportan beneficios pero como contrapartida nos exigen una actitud más activa, flexible y atenta. Imbuidos en un proceso que requiere que seamos conscientes de esta nueva realidad que está afectando todos los ámbitos de nuestra vida, y muy especialmente al ámbito laboral.

Por ello dentro de un entorno laboral en el que la incertidumbre impera, adquiere vital importancia nuestro desarrollo personal y profesional a lo largo de la vida. Bajo el prisma que no podemos rendirnos, y hemos de coger las riendas de nuestro futuro. Y para ello es esencial que nos enfrentemos a un proceso de reflexión que nos permita decidir eficazmente qué expectativas laborales tenemos, cuáles son los requisitos que exige el mercado laboral respecto a esta ocupación y valorar si necesitamos mejorar nuestras competencias para lograr nuestro objetivo laboral. Esta actitud además de mejorar nuestra empleabilidad, y dotarnos de mayor conocimiento del mercado de trabajo y de nosotros mismos, nos dará la necesaria seguridad y motivación para afrontar con éxito nuestros retos de futuro
Griselda Vergés